Música de fondo alegre y optimista
En esta canción góspel de 2014, Michelle Williams colaboró con sus antiguas integrantes del grupo Destiny’s Child, Beyoncé y Kelly Rowland. El mensaje que se promueve a lo largo de esta edificante melodía es que se puede superar cualquier prueba o tribulación mediante el pensamiento positivo y la oración. ESCUCHAR AHORA
El superproductor Mark Ronson lanzó esta canción adictiva y llena de energía con la difunta superestrella Amy Winehouse en 2007. Su ambiente de la vieja escuela te hará sonreír mientras bailas al ritmo del funky. ESCUCHAR AHORA
Cuando necesites ayuda para “atravesar esta cosa llamada vida”, sube el volumen del single de Prince de 1984 “Let’s Go Crazy”. Y ya que estás, abandona tus inhibiciones, como anima la canción a los oyentes. ESCUCHAR AHORA
Tightrope” de Janelle Monáe trata de mantener una actitud positiva en medio de los detractores. Cuando necesites un impulso extra de confianza o simplemente un himno para cantar mientras levantas los puños, pon esta canción pegadiza y futurista. ESCUCHAR AHORA
¿Quién no ha aplaudido al ritmo de Pharrell? Incluida en la banda sonora de Despicable Me 2, “Happy” inspiró tantos homenajes de los fans que Pharrell rompió a llorar al hablar de su éxito en Oprah Prime. Escúchala ahora
Si te cuesta ser productivo cuando trabajas desde casa, no eres el único. Mirar fijamente el portátil en silencio hace que sea más difícil de lo que crees seguir trabajando. En ausencia de compañeros de trabajo, es posible que te sumerjas en la madriguera de las redes sociales en busca de un poco de interacción humana, donde el desplazamiento puede hacerte perder fácilmente incontables horas de tu tiempo. O tal vez enciendas la televisión para tener un poco de ruido de fondo y te encuentres absorto en un programa de entrevistas durante una hora entera. Afortunadamente, poner un poco de música de fondo puede ser la solución para mejorar tu productividad, pero no sirve cualquier música. Escucha las canciones que te ayudan a sentirte feliz y conseguirás hacer más trabajo en menos tiempo.
Así que tiene sentido que escuchar música alegre te haga feliz. Y cuando te sientes feliz, trabajas mejor. Pero ahí no acaba la historia.Escuchar música mientras te concentras en otra cosa (como escribir un informe) también podría mejorar tu rendimiento. Un estudio de 2014 descubrió que escuchar música alegre de fondo mejoraba la velocidad de procesamiento del cerebro y reforzaba la memoria en adultos mayores. Y aunque tanto la música alegre como la relajada mostraron beneficios para la memoria, las mejoras en la velocidad de procesamiento solo se producían cuando se escuchaba música alegre. Así que esto refuerza la idea de que las canciones alegres podrían ser la clave para mejorar el rendimiento.La música alegre es difícil de encontrarEs probable que te resulte fácil recordar muchas canciones con melodías tristes y letras enfadadas. Pero si dedica un minuto a recordar canciones alegres, es posible que se quede en blanco. Eso es porque las canciones alegres escasean.
Vas conduciendo por la carretera, escuchando la radio, y suena una canción que te hace cambiar el interruptor de la felicidad. Inmediatamente estás de mejor humor y listo para afrontar cualquier cosa que te depare el día. La magia de la música vuelve a aparecer, pero ¿cómo puede algo tan intangible tener un efecto tan positivo en nosotros?
Las investigaciones han descubierto que cuando un sujeto escucha una música que le produce escalofríos, se produce una liberación de dopamina en el cerebro. Y, por si no lo sabes, la dopamina es una especie de sustancia química naturalmente feliz que recibimos como parte de un sistema de recompensa. Ahora bien, esta es la parte realmente interesante: La dopamina no sólo se libera durante los momentos de máxima actividad musical, sino también cuando anticipamos esos momentos. Es como si nuestro cerebro nos recompensara por saber que un estribillo realmente bueno está a punto de sonar.
Escuchar una canción de nuestra adolescencia nos trae un torrente de sentimientos y recuerdos. Pero, ¿por qué esas canciones tienen tanta fuerza en nuestro núcleo emocional? Nuestros cerebros se desarrollan rápidamente entre los 12 y los 22 años (por algo los llaman años “formativos”), así que cuando establecemos una conexión con una canción durante esa época, se trata de una fuerte conexión neurológica. La enorme descarga de hormonas asociada a nuestros años de pubertad le dice a nuestro cerebro que todo es superimportante, y eso incluye cualquier música que estemos escuchando en ese momento. Por eso, cuando escuchamos un verdadero retroceso a nuestros días de instituto, es algo poderoso.