Símbolos musicales
La IA creativa se centra sobre todo en el uso del machine learning y del deep learning y es refrescante descubrir proyectos que utilizan herramientas y conceptos de los sistemas complejos y de la “swarm intelligence”, un comportamiento colectivo de los sistemas autoorganizados, ya sean naturales (un enjambre de abejas, de ahí el nombre) como artificiales.
El instrumentista de viento y aficionado al sintetizador modular Andrew Claes y el geek del live coding Dago Sondervan fueron reclutados para preparar una actuación especial en coproducción con Ars Electronica. El ingeniero e investigador Kasper Jordaens se sumó al equipo aportando su experiencia en machine learning, y así fue como nació BotBop.
BotBop utiliza principalmente programas de código abierto y nueve funciones a mitad del proyecto, para permitir la generación de particiones en tiempo real y repartirlas en partes individuales para un cuarteto de cuerda.
Una colaboración entre Sónar y el ℅ Pop Festival de Colonia, DIANA Song Contest es una idea de Jovanka v. Wilsdorf, músico, productora de artistas y compositora de BMG Rights Management afincada en Berlín. La pieza audiovisual sigue la competición y las actuaciones del segundo DIANA Song Contest anual, un campamento de colaboración de IA y composición de canciones en el que la música se crea en vivo y en directo. La misión del proyecto es promover activamente el diálogo bcreativo entre los músicos y el software de IA, y dar el pistoletazo de salida a colaboraciones inspiradas, así como a canciones sólidas que vayan más allá de las burbujas de género.
La notación mensural es el sistema de notación musical utilizado para la música polifónica vocal europea desde finales del siglo XIII hasta aproximadamente 1600. El término “mensural” se refiere a la capacidad de este sistema para describir duraciones rítmicas medidas con precisión en términos de proporciones numéricas entre los valores de las notas. Su nombre moderno se inspira en la terminología de los teóricos medievales, que utilizaban términos como musica mensurata (“música medida”) o cantus mensurabilis (“canto medible”) para referirse a la música polifónica rítmicamente definida de su época, en contraposición a la musica plana o musica choralis, es decir, el canto llano gregoriano. La notación mensural se empleaba principalmente para las composiciones de la tradición de la polifonía vocal, mientras que el canto llano conservaba su propio y más antiguo sistema de notación neuma durante todo el periodo. Además, la música puramente instrumental podía escribirse en diversas formas de notación de tablatura específica para cada instrumento.
La notación mensural surgió a partir de un método anterior, más limitado, de anotación de ritmos en términos de patrones repetitivos fijos, los llamados modos rítmicos, que se desarrollaron en Francia alrededor del año 1200. Una de las primeras formas de notación mensural se describió y codificó en el tratado Ars cantus mensurabilis (“El arte del canto medido”) de Franco de Colonia (hacia 1280). En el siglo XIV, con el movimiento estilístico del Ars nova, se introdujo en Francia un sistema mucho más amplio que permitía una mayor complejidad rítmica, mientras que la música italiana del siglo XIV desarrolló su propia variante, algo diferente. Hacia 1400, el sistema francés se adoptó en toda Europa y se convirtió en la forma de notación estándar de la música renacentista de los siglos XV y XVI. Después de 1600, la notación mensural evolucionó gradualmente hacia la notación moderna de compases.
El proyecto surge del deseo de crear una pieza conjuntamente Thomas Hauert y el Grupo Bolsa. El Grupo Bolsa propone a Thomas aportar al proyecto su investigación específica en movimiento donde los creadores ofrecen un marco concreto. El encuentro de ambos crea “La mesura del desorden”.
Siete intérpretes en escena, la dramaturgia parte del concepto de mostrar un organismo vivo, como una estructura social o un sistema biológico. Jugando con los conceptos de “Zoom in” y “zoom out” se puede ver una parte de la organización, un individuo o diferentes constelaciones globales.
Teniendo en cuenta que la pieza es una creación de una mente colectiva y no de un solo individuo, se propone una forma de trabajo horizontal y un proceso creativo paso a paso. Por ello, el concepto dramático es un trampolín que permite que la obra surja y no una estructura que defina el proceso desde el principio y el resultado. La música y la musicalidad juegan un papel importante dentro de la estructura general de la obra. Las fiestas bailadas al ritmo de la música contrastan con los momentos tranquilos en los que la musicalidad la aporta únicamente el movimiento.