Compositores de musica clasica

Los 100 mejores compositores de música clásica

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¿Quiénes son los mejores compositores clásicos de todos los tiempos? Los tres compositores que aparecen sistemáticamente en los tres primeros puestos son Bach, Mozart y Beethoven; las opiniones sobre el resto varían. Hemos discutido y debatido y hemos elaborado nuestra lista de los compositores clásicos más grandes e influyentes. Desplácese hacia abajo para descubrir nuestra selección de los 20 mejores compositores clásicos.

La música de Bach se derrama para mayor gloria de Dios y, en palabras de Bach, “para refrescar el alma”. La música de órgano, las cantatas de iglesia y la música incidental para sus empleadores eran su pan de cada día. Bach, uno de los más grandes compositores clásicos, escribía sin cesar: es interesante que el compositor más trabajador de todos los tiempos sea también el que más se acerca a la perfección musical. Para muchos, las interminables líneas de JS Bach, su elaborado contrapunto y sus fluidas armonías expresan de algún modo el estado ideal de toda la música: algo más allá de la brevedad y la contingencia de la vida humana. Tocar la música de Bach en el teclado o en un instrumento solista es también una sorprendente forma de terapia de equilibrio para la mente. Escuche el “Preludio en do mayor” de El clave bien temperado, una colección de preludios y fugas en las 24 tonalidades mayores y menores que se considera una de las obras más importantes de la historia de la música clásica.

El término “música clásica” tiene dos significados: se utiliza para describir cualquier música supuestamente “pesada” (en contraposición al pop o al jazz, como en el caso de “no soporto la música clásica”) y también un determinado periodo en el desarrollo de la música, la era clásica. Ésta puede resumirse como una música que destaca por su magistral economía de formas y recursos y por su falta de emocionalidad manifiesta. Si Bach y Haendel dominaron la primera mitad del siglo XVII, Haydn y Mozart son sus homólogos para la segunda mitad y representan todas las virtudes del estilo clásico.

El padre de Gluck era guardabosques y, al igual que el de Haendel, disuadió activamente a su hijo de tocar cualquier instrumento musical cuando era evidente que tenía ese talento. Gluck se marchó de casa a los 18 años y durante los siguientes 25 años revoloteó por toda Europa en busca de su carrera musical: primero en Praga, donde se mantuvo tocando en bailes y cantando en iglesias, luego en Viena y más tarde (en 1737) en Milán. Allí estudió con Sammartini, uno de los primeros compositores sinfónicos, y absorbió todo lo que había que saber sobre la ópera italiana. Cuatro años más tarde obtuvo su primer éxito con Artaserse y decidió trasladarse a Londres. Conoció a Haendel, a quien le gustaba pero no soportaba su música. Gluck conservó un retrato de Händel en su habitación durante el resto de su vida.