Evolucion de la musica

Daft punk

El rock ‘n’ roll se había extendido desde Estados Unidos y marcó la llegada de la rebeldía juvenil en la ‘adolescencia’. A partir de entonces, la música siempre vendrá con un toque de rebeldía. La década de los cincuenta terminó el 3 de febrero de 1959 -apodado “El día en que murió la música”- con la muerte de tres músicos, Buddy Holly, Ritchie Valens y J P “The Big Bopper” Richardson, en un accidente aéreo.

Este día fue tan conmovedor que dio comienzo a un nuevo capítulo para la juventud de los años sesenta. Inspirados por los sonidos del rock ‘n’ roll, los jóvenes músicos volvían a sus orígenes y así surgió una nueva ola de revivals de folk y R&B puro, estilos adecuados para una década de protesta política.

Los cantantes Bob Dylan y Joan Baez lideraron el movimiento, y “Blowin’ in the Wind” (1962) de Dylan se convirtió en un himno de los derechos civiles. La música se había convertido en un vehículo para el cambio social. Las canciones de protesta y la psicodelia de los años 60 fueron la banda sonora de una revolución sexual y de las marchas contra la guerra.

Bob Dylan también produjo algo bastante revolucionario dentro del mundo de la música. Su segundo álbum, The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), puso a Dylan en el mapa como artista importante. No fue sólo su forma de componer lo que sacudió a la industria, sino el arte del álbum.

Vamos a estudiar el primer tipo de música de los protohumanos y a viajar hasta el período del Renacimiento para ver si alguno de estos primeros tipos de música ha influido en la música actual y cómo se han influido mutuamente.

Saber que estos protohumanos tenían capacidad para ello abre la puerta a aceptar que tenían las mismas capacidades para producir música que conocemos hoy. Con el paso del tiempo, estos protohumanos se desarrollaron aún más.

El fuego permitió a estos seres comer con más tranquilidad. Podían cocinar los alimentos, lo que facilitaba su masticación y digestión, y dejaba más tiempo para interactuar con los demás, ¡quizás sentados alrededor del fuego!

Ahora sabemos que la alimentación social y la comida son extremadamente importantes para la formación de vínculos: basta con echar un vistazo a la historia más reciente para ver que la alimentación social está presente en casi todas las civilizaciones.

Por lo tanto, es plausible que esta creciente conexión con otros protohumanos preparara el camino para el descubrimiento y el desarrollo de actividades para hacer juntos en este tiempo social sentados junto al fuego, incluyendo la música.

“Nos estamos ahogando en la música”, dice Michael Spitzer, profesor de música de la Universidad de Liverpool. “Si hubieras nacido en la época de Beethoven, tendrías suerte si escucharas una sinfonía dos veces en tu vida, mientras que hoy es tan accesible como el agua corriente”. No deberíamos dar por sentada la música, ni el agua corriente, y la comparación debería hacernos reflexionar: ¿necesitamos que la música -por ejemplo, casi cualquier grabación de cualquier sinfonía de Beethoven que se nos ocurra- salga del grifo a demanda? ¿Qué nos cuesta? ¿Podría haber un camino intermedio entre escuchar a Beethoven siempre y escuchar a Beethoven casi nunca?

La historia de cómo la humanidad llegó a su actual relación con la música es el tema de la entrevista de Big Think con Spitzer que aparece arriba, en la que recorre 40.000 años en 8 minutos: “desde las flautas de hueso hasta Beyoncé”. Comenzamos con su tesis de que “nosotros en Occidente” pensamos en la historia de la música como la historia de las grandes obras y los grandes compositores. Este concepto erróneo “tiende a reducir la música a un objeto” y a una mercancía. Además, “sobrevaloramos el papel del compositor”, situando al profesional por encima de “la mayoría de las personas que son musicalmente innatas”. Spitzer quiere recuperar la universalidad que tuvo la música en su día, antes de las radios, los tocadiscos y los medios de transmisión.