Música celta española
Sin duda, una de las mayores diferencias culturales entre los gallegos y el resto de los habitantes de España es la música y los bailes tradicionales, tan presentes en las fiestas y celebraciones. Como todo lo demás, los gallegos tienen su propia manera de hacer las cosas y su música, con sus fuertes conexiones celtas, es un buen ejemplo.
Aunque son similares a las gaitas de Escocia e Irlanda, hay algunas diferencias sutiles. En primer lugar, hay dos versiones de la “gaita”, una con una bolsa de soplado de boca convencional y la otra (ahora mucho menos común) que utiliza una acción de tipo “bomba de fuelle”.
Los “bordones” (que producen el sonido) también son diferentes en tipo y número a sus homólogos británicos e irlandeses, así como la forma de llevar y mostrar las pipas. Normalmente, las gaitas gallegas sólo tienen tres bordones. Otra diferencia visual bastante obvia es el color y el patrón de la tela, que refleja los colores de la Galicia celta.
Musicalmente, estos instrumentos se tocan en pequeñas bandas o conjuntos, normalmente formados por dos gaiteros y dos tamborileros, uno tenor y otro bajo. La música también es móvil, y los músicos desfilan por una ciudad o pueblo, a menudo alrededor de las 10.00 horas de la mañana (si se trata de un festival) y luego a la hora o a la dos horas, tal como se muestra en la imagen siguiente.
El neofolk se ramifica en tal multitud de subgéneros que no existe una “escena” singular, pero las bandas están unidas por el arraigo en la tradición folk y su resurgimiento de la etapa moderna. Los grupos de habla inglesa y de Europa occidental, definidos por bandas como Death in June, se suelen utilizar como el mejor ejemplo de neofolk, pero existe un mundo musical más amplio centrado más concretamente en los sonidos tradicionales y en el uso de las tradiciones folclóricas para algo más que el romanticismo nacionalista.
Sangre de Muerdago gira en torno a su líder, Pablo Ursusson, y la banda ha tenido formaciones cambiantes a lo largo de los años. Cada canción tiene un sentimiento tan elaborado, un amor tan tranquilo y una instrumentación tan cambiante, que tiene que ser la voz colectiva de toda la banda Sangre de Muerdago, que se traduce como “Sangre de Muérdago”, es también conocida por su atractivo internacional, viajando por todo el mundo y colaborando con otros artistas. Esto les lleva a actuar en diversos lugares, desde festivales de black metal hasta salas de ópera sentadas, y su atractivo ha llegado hasta el punto de ser reconocidos internacionalmente como campeones de la música folclórica. Muchas de sus colaboraciones se han convertido en legendarias, como con la banda de neofolk de Tacoma, Washington, Novemthree, y su sonido definidor del género los ha convertido en los más fiables de la escena neofolk desde su demo de debut en 2007.
El alma del neofolk antifascista surgió de bandas que ya estaban vinculadas al género, pero que tenían un punto de partida diferente. Para la gente del país, que se resistía a la invasión del imperio o, más tarde, a la dictadura fascista, la música folclórica era un tipo de lucha cultural que ayudaba a recordar quiénes eran frente al borrado total. En Galicia, la lengua y las prácticas culturales regionales, la fuerza de las mujeres y la diversidad que respetaban, fueron aplastadas cuando el régimen nacionalista de Francisco Franco prohibió la lengua y las expresiones de la tradición.
Esto es lo que ha impulsado a los gigantes del neofolk gallego, Sangre de Muérdago, a enfocar estas tradiciones folclóricas, transmitidas por las familias en sus casas y tabernas, como algo vivo en las modernas salas de conciertos. Una mezcla de renacimiento del folk romántico, instrumentación tradicionalista y un impulso musical procedente del mundo del punk y el metal, Sangre de Muérdago se ha convertido en una de las bandas crossover más definitorias de la escena neofolk y ha roto la percepción de que el género es propiedad exclusiva de la extrema derecha. En lugar de ello, su música de inspiración anarquista ha hecho frente a la intolerancia y la opresión, que era el papel de la música desde el principio.