Grupos de musica vascos

Músicos vascos famosos

Las voces vascas cantan al mundo. La música es uno de los sectores más dinámicos de la cultura vasca. Constantemente se forman nuevos grupos, los músicos graban su música y suben sus discos a las plataformas digitales, además de actuar en salas de conciertos, centros culturales, okupas juveniles (gaztetxes) y bares de todo el País Vasco.

La canción vasca es tan diversa que hoy en día se cantan casi todos los estilos en euskera. Las nuevas generaciones de músicos procedentes de escuelas de música y conservatorios se unen a músicos con años de experiencia a sus espaldas. Antes los músicos vascos tenían que salir del país para grabar, pero ahora la red de estudios de grabación y técnicos de sonido de gran prestigio es tan sólida que los músicos vienen de fuera a grabar aquí. Nuestra música folk, pop y rock ha servido para todo, desde la poesía hasta el cambio social y político, desde el entretenimiento hasta la convicción personal. Ha sido el vehículo para revivir viejas tradiciones y crear otras nuevas.

El nacimiento del rock vasco está indisolublemente ligado a Niko Etxart y a un grupo llamado Errobi. Con el tiempo, las bandas sustituyeron a los cantautores. El rock sinfónico y el folk inglés reforzaron los temas tradicionales conocidos; el grupo de baile y rock Itoiz fue fundamental, al igual que Oskorri en el ámbito del folk. Ruper Ordorika comenzó su carrera en los años posteriores al final de la dictadura. Fue miembro de Pott Banda, un grupo fundamental en la historia de la literatura vasca. Junto a Ordorika, algunos de los cantantes solistas más relevantes de la canción vasca contemporánea fueron Fermin Muguruza, Gari, Anari, Jabier Muguruza, Petti, Izaro y Mikel Urdangarin.

David Cox trabaja como escritor y editor y vive en Ontario, Canadá. David también contribuye con artículos de reseña a las publicaciones de Internet con sede en Estados Unidos rambles.net y rootsworld.com, donde escribe sobre la música europea de raíz mundial, especializándose en la música de Euskal Herria y Cymru-Wales. Sus aficiones incluyen el estudio de las lenguas vasca y galesa y jugar al euskopoli con sus hijos.

No es que la actividad cultural vasca se haya visto restringida por el franquismo: los bertsolaris del lado administrado por España incluían a Basarri y Uztapide de Gipuzkoa, y a Enbeita de Bizkaia, subestimados por las autoridades como actos folclóricos rurales inofensivos.

Manu Gogenola, un autor vasco que ha escrito sobre instrumentos folclóricos tradicionales (véase la reseña de David en http://www.rootsworld.com/reviews/albokabook.shtml), vio el artículo de David sobre la música vasca y tenía algunos comentarios que quería añadir. Con el permiso de David y Manu, esos comentarios aparecen a continuación.

También considero a Piarres Bordazaharre “Etxahun” Iruri como una figura muy importante. Cantante, compositor de canciones, intérprete de xirula (empezó a tocarla cuando los tres que quedaban lo dejaron. Tenía casi sesenta años, aunque la había tocado de joven, junto con la armónica), escritor de pastorales y el que introdujo muchas canciones y en menos horas (las pastorales eran de 6 horas y él las redujo a 3, y no se cantaban tantas canciones, antes de él. También fue profesor de baile. Una especie de renacentista de Xiberua.

Este artículo necesita citas adicionales para su verificación. Por favor, ayude a mejorar este artículo añadiendo citas de fuentes fiables. El material sin fuente puede ser cuestionado y eliminado.Buscar fuentes: “Txalaparta” – noticias – periódicos – libros – erudito – JSTOR (abril 2021) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de la plantilla)

La txalaparta (pronunciación vasca: [tʃaˈlapaɾta] o [tʃalaˈpaɾta]) es un aparato musical vasco especializado de madera o piedra. En algunas regiones del País Vasco, zalaparta (con [s̻]) significa “raqueta”, mientras que en otras (en Navarra) se ha atestiguado que txalaparta significa el trote del caballo, un sentido muy relacionado con el sonido del instrumento.

En los últimos 150 años, la txalaparta ha sido atestiguada como un instrumento de comunicación utilizado para el funeral (hileta), la celebración (jai) o la elaboración de cal apagada (kare), o de sidra (sagardo). Tras la elaboración de la sidra, se golpeaba la misma tabla que prensaba las manzanas para convocar a los vecinos. A continuación, se celebraba una fiesta y se tocaba alegremente la txalaparta, mientras se bebía la sidra[1] Las pruebas recogidas en este contexto de elaboración de la sidra revelan que a veces se tocaban cuernos de buey que emitían sonidos junto a la txalaparta. En realidad, la sidra y las sidrerías son el único contexto tradicional de la txalaparta que hemos conocido de primera mano. El mismo contexto se aplica a un instrumento de percusión vasco relacionado, la kirikoketa, una recreación del golpeo utilizado para moler las manzanas. Otro instrumento clasificado en la misma familia y zona geográfica es el toberak.