Malos tratos grupo musical

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En un nuevo documental, Ángelo García -que se unió a Menudo justo después de cumplir 11 años- dice que fue violado durante su etapa de 1988-90 con el quinteto. En “Menudo: Forever Young”, una docuserie de cuatro partes que se estrena en HBO Max el jueves.

“Todo lo que recuerdo es que me desmayé. Cuando me desperté, estaba desnudo y sangrando, así que supe que me habían penetrado”, dijo García en el documental. “Tenía como unas marcas de quemaduras en la cara por la alfombra… Estaba muy confundida y no lo entendía”.

Esa no fue la única vez que García dijo que fue molestado durante su permanencia en el grupo. “Durante mi tiempo en Menudo, fui violado una serie de veces, y esa era la forma en que los depredadores se aprovechaban de mí”, dijo en el documental.

Otros miembros de Menudo -que contó con 32 chicos diferentes durante su trayectoria inicial de 20 años- también afirmaron que soportaron abusos sexuales, así como acoso escolar, escándalos de drogas y condiciones de trabajo opresivas en “Forever Young”. Dicha negligencia y explotación, dijeron, tuvieron lugar mientras trabajaban para el cerebro de la boy band, Edgardo Díaz, a quien se describe como “su mánager, productor y padre sustituto”. (Díaz, que no ha respondido a las solicitudes de entrevista ni a los comentarios sobre las acusaciones del documental, siempre ha negado cualquier abuso y cualquier acto indebido en su gestión del grupo).

La industria de la música popular tiene un problema: los hombres agreden sexualmente a las mujeres. Productores, ejecutivos de compañías discográficas y músicos explotan y abusan de las mujeres músicas, de las mujeres que trabajan en la industria y de las fans. Los fans masculinos también lo hacen. No es algo nuevo. El trato de Phil Spector a Ronnie Spector y el de Ike a Tina Turner son conocidos desde hace tiempo.

Recientemente, se ha revelado que cuando Alanis Morissette tenía 15 años, y acababa de empezar en la industria musical, fue violada por varios hombres. Por otra parte, un tribunal de Brooklyn (Nueva York) ha oído decir que R. Kelly abusó sexualmente de la difunta cantante de R&B Aaliyah cuando ésta tenía 13 ó 14 años, acusaciones que él niega.

Las acusaciones de Kesha de abusos por parte del productor musical Dr. Luke, en un caso que posteriormente abandonó, prefiguraron el propio #metoo de la música, que llevó a cientos de mujeres de Suecia y Australia a firmar conjuntamente cartas en las que detallaban los abusos a los que se habían enfrentado. Lady Gaga también ha contado que fue violada por un productor musical cuando tenía 19 años y estaba empezando en la industria.

Why Don’t We, la boy band más conocida por estos lares por construir canciones en torno a “Black Skinhead” de Kanye West y “1979” de Smashing Pumpkins, ha emitido un comunicado en el que detalla alarmantes acusaciones contra su equipo de management. Tal y como informa Billboard, el grupo también ha solicitado a la Comisión Laboral de California salirse de su contrato con el mánager David Loeffler, que ha estado intercambiando demandas con su antiguo socio de gestión Randy Phillips.

El comunicado de Why Don’t We alega que los cinco miembros -todos ellos tenían entre 15 y 18 años cuando se formó el grupo- han sufrido “abusos mentales, emocionales y financieros” a manos de sus managers. Cuando eran adolescentes, vivían y grababan música juntos en una casa conocida como el “complejo Why Don’t We”, donde dicen que sonaba una alarma cada vez que salían. Un mánager de Signature Entertainment Partners vivía con ellos de día pero “nos controlaba las 24 horas del día”. Los cantantes dicen que el gerente instaló una alarma que se activaba cada vez que se abría una ventana o una puerta, “esencialmente haciéndonos rehenes en nuestra propia casa.” También se habla de abusos verbales constantes y de un suministro de comida tan limitado que algunos miembros desarrollaron trastornos alimenticios y/o escondieron comida en sus vestidores. Los miembros de Why Don’t We dicen que en ese momento creían que este era el trato normal dentro de la industria musical y que estaban “pagando sus cuotas”.