Youtube música clásica para la concentración
Pruebas recientes sugieren que los parámetros biomecánicos del cerebro, como la pulsatilidad del tejido cerebral (BTP), podrían estar implicados en la reactividad emocional. Sin embargo, ningún estudio ha investigado el impacto de una tarea emocional en la BTP. Utilizamos el método de ultrasonido de la Pulsatilidad Tisular (TPI) para evaluar los cambios en la BTP ante música clásica excitante y relajante, en una tarea de percepción musical, como paradigma validado para evaluar la reactividad emocional.
25 voluntarios sanos fueron expuestos a través de auriculares a cuatro extractos musicales de 5 minutos (dos excitantes y dos relajantes) presentados en un orden aleatorio e intercalados por 5 períodos de silencio. Se recogieron medidas de BTP, frecuencia cardíaca (FC) y conductancia de la piel (SC) durante toda la tarea.
El BTP disminuyó significativamente con la música relajante en comparación con el silencio, y especialmente con el fragmento “Entrada de las sombras” de Minkus. La FC y la SC, pero no la Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca, también disminuyeron con la música relajante. No encontramos ningún efecto significativo de la música excitante.
Seguro que has oído que la música clásica es buena para estudiar, hacer exámenes y realizar trabajos creativos. Esta idea tiene su origen en el “efecto Mozart”, un término acuñado en 1993 cuando los científicos descubrieron que escuchar la Sonata de Mozart durante 10 minutos mejoraba la capacidad de razonamiento espacial, un tipo concreto de inteligencia que implica visualizar y manipular imágenes en el cerebro. Sin embargo, los hallazgos de ese estudio de 1993 se exageraron y la música clásica se convirtió en sinónimo de inteligencia: tan sinónimo, de hecho, que en 1998 el entonces gobernador de Georgia, Zell Miller, propuso enviar una cinta de cassette de música clásica a todos los bebés nacidos en el estado, de forma gratuita, para que se volvieran inteligentes. Aunque el Efecto Mozart ha quedado más o menos desacreditado desde entonces, algunos expertos siguen sosteniendo que la música puede ofrecer otros beneficios a nuestro cerebro: concentración y productividad. Más información: Cómo crear la mejor lista de reproducción para hacer ejercicio
¿Cómo puede la música ayudarnos a concentrarnos? Considere estas razones por las que la música puede ayudarle a avanzar en su lista de tareas: Provoca emociones positivas: Las personas tienden a ser más productivas y eficientes cuando están contentas (investigaciones recientes lo confirman), y el tipo de música adecuado puede animarte. De hecho, las personas que escuchan música pueden ser más felices que las que no la escuchan: A veces, el trabajo y la vida son monótonos. Si te sientes aburrido, una melodía alegre puede hacer que las tareas aburridas parezcan más atractivas. Ahoga otros ruidos: Si alguna vez has trabajado en una cafetería o en una oficina de planta abierta, probablemente te hayan puesto los pelos de punta los sonidos de alguien que se moquea o arrastra los pies. Escuchar música, sobre todo a través de unos buenos auriculares, puede ahogar los ruidos que distraen: La mejor música en streaming: Spotify, Apple Music y más, comparado Si no soportas los sonidos de tu entorno de trabajo, utiliza la música para ahogarlos.
Música clásica para estudiarLa escuela puede ser intensa, especialmente durante la temporada de exámenes. Te encuentras pasando todo tu tiempo libre estudiando, trabajando en proyectos, revisando las tareas, repasando los exámenes de práctica, y haciendo todo lo que puedes para prepararte. Pero, ¿realmente lo has intentado todo? ¿Qué escuchas cuando estudias? ¿Una lista de canciones favoritas, el murmullo de un arroyo, nada en absoluto? Una gran cantidad de investigaciones científicas ha encontrado una nueva forma de aumentar tu rendimiento académico: ¡escuchar música clásica para estudiar!
Esta sencilla práctica puede mejorar tus notas y ayudarte a retener la información, así que prueba la música clásica y comprueba si se convierte en un hábito útil para toda la vida. Puede que descubras que por fin consigues las notas de los exámenes que tanto ansías, y que te sientas más sano y feliz en el proceso. A continuación te explicamos por qué la música clásica para estudiar funciona para tanta gente:
Es posible que conozcas el rumoreado fenómeno de la capacidad cerebral llamado “efecto Mozart”. En 1993 se relacionaron los efectos de escuchar a Mozart con un aumento del coeficiente intelectual, lo que impulsó un aumento de la popularidad de la música clásica para estudiar. El estudio demostró que los participantes que escuchaban a Mozart tendían a obtener puntuaciones más altas en las pruebas de CI posteriores. Aunque esta investigación específica está ahora ampliamente desacreditada, ha sido sustituida por una plétora de estudios muy respetados que demuestran que hay efectos académicos definitivos derivados de escuchar música clásica para estudiar.