Musica cristiana de adoracion

Música cristiana

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El erudito del Antiguo Testamento, Michael J Rhodes, tuiteó recientemente un vistazo a su investigación sobre las 25 principales canciones de adoración cristianas, después de pasar meses estudiando los Salmos. Aquí están sus principales ideas (ligeramente editadas por mí para facilitar la lectura): Rhodes continúa diciendo: “De hecho, hay muy poca evidencia de que los 25 principales hablen claramente sobre situaciones de daño social y económico. El texto ‘Are you hurting and broken WITHIN’ resume la forma en que estas canciones transforman la naturaleza holística de los salmos en canciones sobre la curación espiritual.Peor aún, negamos a los pobres y oprimidos el “derecho de la Primera Enmienda” a protestar que les ofrecen los salmos. Mientras tanto, los que no somos pobres y oprimidos seguimos negándonos a aprender a llorar y protestar junto a ellos.”

El culto de la iglesia es una de esas cosas de las que a todo el mundo le gusta quejarse. Me quito el sombrero ante los líderes del culto, que tienen que sortear las quejas de todos los expertos de los bancos… La música siempre está demasiado alta o demasiado baja, demasiado anticuada o demasiado rockera. Pero la mayoría de estas quejas se refieren a la forma del culto, no a la función, al estilo más que al fondo. Pero cuando el fondo de nuestro culto se desvía, como señala Rhodes, es un problema importante. Con esto en mente, quiero ofrecer 3 maneras en las que podemos empezar a abordar esta ruptura en nuestra adoración…

El pueblo de Dios canta. El papel de la música en el culto es bíblico. Después de escapar de los egipcios y cruzar el Mar Rojo, el pueblo de Israel cantó una canción al Señor (Éxodo 15). El canto formaba parte del culto formal de Israel tanto en el tabernáculo como en el templo (1 Cr. 6:31-32, 16:42). Los Salmos dan un rico testimonio de que en la alegría y en la tristeza, en la alabanza y en el lamento, los fieles elevan sus voces en canto a Dios. El canto de los himnos fue practicado por Jesús y sus discípulos (Mt. 26:30). El apóstol Pablo instruyó a los colosenses: “Que la palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros; enseñad y amonestad unos a otros con toda sabiduría; y cantad con gratitud en vuestros corazones salmos, himnos y cánticos espirituales a Dios. Y todo lo que hagáis, tanto de palabra como de obra, hacedlo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (Col. 3: 16-17).

La música y el canto siguen desempeñando un papel vital en la vida del pueblo de Dios hoy en día. La cultura contemporánea y la tecnología moderna aportan nuevas posibilidades y nuevos retos al ministerio musical de la iglesia. La vida de las personas está rodeada de música: la televisión y la radio, la música de fondo de los videojuegos, la música de los centros comerciales, los CD y los sintetizadores. Sin embargo, la mayor parte del tiempo la música funciona como “fondo” en lugar de ser una oportunidad para escuchar seriamente, y mucho menos para participar. Fuera de la iglesia hay pocas ocasiones u oportunidades en la cultura norteamericana para que la gente cante junta. Gran parte de la música popular (incluida la música cristiana popular) que se compone hoy en día está destinada a la interpretación y no a la participación.