Musica española delos 80 movida madrileña

Alaska movida madrileña

Vuelven los éxitos españoles de los 80 en este artículo de TopFestivals Porque nos acordamos de las canciones que han marcado nuestra cultura y que nunca fallan en una buena fiesta. Sintoniza, porque te espera un repaso a los mejores grupos de pop español de los 80.

Pero es A quién le importa ( 1986) la canción del grupo que se ha convertido en un himno español. El colectivo LGTB la abrazó como emblema en los 80. Y fue, de hecho, el single más exitoso de toda la carrera musical de Alaska.

Quién no recuerda las famosas Hoy no me puedo levantar ( 1981), Me colé en una fiesta (1982) o Hijo de la luna (1986). Las canciones de Mecano forman parte de nuestra cultura y han pasado a la historia del tecno pop español. Y la banda, formada por los hermanos Nacho y José María Cano junto a la vocalista Ana Torroja, se ha convertido en uno de los mejores grupos del pop español de los 80.

Otro de los grupos de los 80 que se ha convertido en uno de los mejores grupos de pop español de los 80 es Radio Futura. Un grupo de pop rock y rock alternativo que marcó tendencia en España. La banda madrileña se distinguió por fusionar los sonidos electrónicos con la música popular española.

Una de estas microescenas se formó en torno a El Cometa De Madrid, subsello del mayor sello independiente del país, Grabaciones Accidentales. Activo entre 1986 y 1996, estaba dirigido por Luis Delgado, antiguo ingeniero de sonido de los estudios RCA de Madrid, músico polifacético con formación folclórica. En 1979, formó el dúo minimalista industrial Mécanica Popular, que publicaría uno de los discos definitorios de la época, ¿Qué Sucede Con El Tiempo? Más tarde, formando parte de Finis Africae con Javier Berga y Juan Alberto Arteche, Delgado crearía una de las músicas más expansivas y extravagantes producidas en todo el mundo en aquella época. Al escuchar cualquiera de los discos del trío, se puede ver cómo el folclore medieval tropieza con instrumentos africanos y de Oriente Medio, y cómo la fusión del jazz choca con los bucles de cinta y las grabaciones de campo.

La lista de El Cometa abarcaba desde el new age de inspiración oriental de Luis Paniagua, hasta el elegante minimalismo de la Orquesta de las Nubes de Suso Saiz y los solitarios estudios para sintetizador de Patricia Escudero. Pero no se vendió, dice Díaz-Ronda. “No daban conciertos, ni siquiera había realmente aficionados que siguieran a los grupos”. El sello cerró tras sólo 25 lanzamientos. Sin embargo, la música llegó a las estanterías de los coleccionistas más exigentes: las prensas originales siguen cambiando de manos por una suma considerable.

Lo cierto es que a finales de los 70 y hasta bien entrada la década de los 80 se produjo una especie de momento y movimiento vital creativo, cultural y social, de participación popular, que cambió las reglas del juego de lo que entonces se entendía como cultura, hasta entonces patrimonializada por las élites tradicionales. Fue el punto álgido del debate modernidad-posmodernidad, cuando la alta cultura se dejó contaminar por la baja cultura, y se convirtió en fluida, híbrida

Como señala el autor de la frase que encabeza esta crónica, ex director de La Luna de Madrid y comisario de esta exposición, “han pasado unos 40 años desde aquellas derivas, y poco a poco se están convirtiendo en un museo”. El epicentro de La Movida fue Madrid que, emancipada de su capitalidad asociada a la extinta dictadura, proyectó su onda centrípeta por toda España, “atrayendo los numerosos electrones libres de otras ciudades”. Dice José Tono que “sin buscarlo, se produjo así el último movimiento total de carácter ‘nacional’, estatal: un estado de ánimo transitorio, imaginario, pero que ha dejado huella”. Si hoy lo llamamos feliz, es porque fue muy libre, muy libertario, muy cercano a las calles recuperadas.