Música para trabajar feliz
Se pidió a casi 2.300 madres y padres de todo el Reino Unido que nombraran los ruidos que alegran a sus pequeños para añadirlos a “The Happy Song”, que se publica hoy en Spotify y SoundCloud.
Entre los sonidos más destacados se encuentran los estornudos (51%), los ruidos de animales (23%) y las risas de los bebés (28%), todos ellos incluidos en la canción creada por el Dr. Caspar Addyman y la profesora Lauren Stewart (Departamento de Psicología), el club de bebés C&G, el músico Imogen Heap, la agencia publicitaria BETC London y la consultora musical Felt Music.
A partir de los sonidos enviados por las madres y los padres del Reino Unido, y trabajando con las investigaciones e hipótesis previas del profesor Stewart y la doctora Addyman, la cantautora Imogen Heap comenzó el proceso produciendo cuatro pistas cortas en las que se exploraban diferentes tempos, rangos y patrones de acordes, tonos, ritmos, pistas de interpretación y dispositivos musicales.
Con el apoyo de Felt Music, se monitorizaron las reacciones de más de 50 bebés a los temas, incluyendo movimientos, expresiones faciales, ritmo cardíaco y vocalizaciones para ver qué partes de la canción creaban un estado de ánimo positivo.
Se ha investigado mucho sobre las respuestas emocionales de los adultos a la música. Sin embargo, las investigaciones con bebés son más fragmentarias y eclécticas, lo que quizá refleje la dificultad de preguntarles qué les gusta. Los investigadores saben que los bebés pueden escuchar y recordar la música incluso cuando aún están en el útero. Y un curioso estudio descubrió que los recién nacidos prefieren Bach a Aerosmith.
La mayoría de los trabajos sistemáticos han constatado que los bebés pequeños tienen claras preferencias por la consonancia frente a la disonancia y pueden recordar el tempo y el timbre de la música que han escuchado antes. Los bebés prefieren la voz femenina, pero les gusta aún más cuando adopta las cualidades del “lenguaje materno” (el tono cantarín de alta energía que todos adoptamos naturalmente cuando hablamos con los bebés). Pero sus respuestas emocionales a la música son un poco más misteriosas. ¿Qué tipo de música les hace estar tranquilos y contentos? ¿Y qué les hace felices?
Soy una experta en la risa de los bebés y me intrigó cuando el club de bebés C&G se puso en contacto conmigo y con la psicóloga musical Lauren Stewart para crear “una canción científicamente probada que hiciera felices a los bebés” que pudieran regalar a los padres. Nos pareció un reto interesante. Sin embargo, nuestra primera condición fue que no utilizaran la palabra “probar”. La segunda fue que nos dejaran hacer ciencia de verdad. Aceptaron de buen grado.
Imogen Heap recibió el encargo de C&G Baby Club de componer una canción que hiciera más felices a los bebés. Le encantó la idea y dijo que sí, ya que en ese momento la hija de Imogen tenía casi dos años, por lo que Scout (su hija) podía ser su colaboradora principal. Scout cantó una melodía mientras estaba en el estudio de Imogen (más tarde se descubrió que era Horsey Horsey, no te detengas) que inspiró los primeros inicios de The Happy Song junto con su actual intriga en todo lo relacionado con el transporte. A continuación, en colaboración con la Universidad de Goldsmith, se probó científicamente la música en varias fases con un grupo de 26 bebés para encontrar el tempo, la melodía y las muestras adecuadas.