Música para guitarra
La música puede tener un profundo efecto tanto en las emociones como en el cuerpo. La música más rápida puede hacer que te sientas más alerta y te concentres mejor. La música alegre puede hacerte sentir más optimista y positivo ante la vida. Un ritmo más lento puede calmar la mente y relajar los músculos, aliviando al mismo tiempo el estrés del día. La música es eficaz para relajarse y controlar el estrés.
La investigación confirma estas experiencias personales con la música. Los hallazgos actuales indican que la música de alrededor de 60 pulsaciones por minuto puede hacer que el cerebro se sincronice con el ritmo provocando ondas cerebrales alfa (frecuencias de 8 – 14 hercios o ciclos por segundo). Esta onda cerebral alfa es la que está presente cuando estamos relajados y conscientes. Para inducir el sueño (una onda cerebral delta de 5 hercios), una persona puede necesitar dedicar al menos 45 minutos, en posición relajada, a escuchar música tranquilizadora. Investigadores de la Universidad de Stanford han afirmado que “escuchar música parece ser capaz de cambiar el funcionamiento del cerebro en la misma medida que la medicación”. Señalaron que la música es algo a lo que casi cualquiera puede acceder y la convierte en una herramienta fácil para reducir el estrés.
Escuchando esta música y siguiendo algunos consejos, podemos relajar progresivamente el cuerpo y la mente, reduciendo la tensión y el estrés, y, en consecuencia, despertando procesos neurológicos que producen endorfinas: una delicia para la mente y el sistema nervioso.
Cierra los ojos. Concéntrate en tu respiración y comienza a respirar profundamente, inhalando por la nariz y soltando lentamente el aire por la boca, con cada respiración, visualiza como expulsas el malestar y la tensión acumulada en tu cuerpo y siente como cada respiración se llena de energía tranquila a tu alrededor, siente la música.
La Dra. Elizabeth Coombes no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Aparece cuando no estamos seguros de lo que va a ocurrir, o cuando nos sentimos amenazados. E incluso una ansiedad leve puede tener un efecto negativo en nuestra capacidad para llevar una vida productiva. Puede interferir en nuestra capacidad para disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
En mi trabajo como musicoterapeuta, he observado el impacto que la música puede tener en la ansiedad. Por ejemplo, en las sesiones de imaginación guiada, el terapeuta utiliza música especialmente seleccionada e invita al cliente a describir lo que siente y las imágenes que evoca la música. Es asombroso lo que se puede aprender simplemente dedicando tiempo a escuchar y hablar de lo que se ve con los ojos de la mente.
Puede ser tan sencillo como ser más consciente de cómo la música puede afectar a las emociones, o utilizarse para explorar experiencias pasadas o dilemas futuros. También puede servir para encontrar un lugar de consuelo y una base segura donde hallar el equilibrio físico y emocional.