Musica para niños bebés

Música relajante para bebés

La música desempeña un papel esencial en el desarrollo sensorial del bebé.  Julia Rennick comparte varias formas de música que pueden utilizarse con bebés y niños pequeños como forma de fomentar las relaciones. Este artículo puede ser útil para los educadores a la hora de considerar la conexión entre el aprendizaje de los bebés y los niños pequeños, sus programas y el modo en que la música puede utilizarse para favorecer el desarrollo.

A los niños muy pequeños les fascinan la música y los sonidos.  Las actividades musicales contribuyen al desarrollo integral de los niños, que crecen musicalmente cuando se les permite asumir riesgos y no se sienten presionados para actuar.

Desde el nacimiento hasta los nueve meses, los bebés escuchan atentamente los sonidos musicales; las voces humanas conocidas les tranquilizan.  La vocalización comienza cuando imitan lo que oyen.  Leer a los bebés antes de dormir y cantarles una nana refuerza la conexión entre los adultos y el niño.  Mecerlos mientras se les canta también profundiza el vínculo y la conexión, les ayuda a relajarse y les da una sensación de seguridad y confort, lo que, según los investigadores, hace que duerman y se alimenten mejor.

La música marca una gran diferencia en el cerebro de los bebés. Un estudio del Instituto de Ciencias del Aprendizaje y del Cerebro detectó que, después de que los bebés escuchen música, sus córtex auditivo y prefrontal tienen un aspecto diferente. Estas son las regiones del cerebro encargadas de procesar tanto la música como el habla.

Aunque escuchar música tiene un impacto en el cerebro, hacer música es aún más potente. Esto se debe a que hacer música requiere habilidades motoras finas (como ser capaz de agarrar y apretar objetos), así como precisión lingüística y matemática, y creatividad ─ disparando varias áreas del cerebro.

Cuando toda esta evidencia científica se traslada a nuestros hogares y centros de aprendizaje temprano, incluso en dosis cortas, nuestros niños se vuelven más inteligentes. “Vemos un impacto en la alfabetización, la aritmética, el desarrollo físico, la coordinación motora gruesa [como correr y saltar], la motricidad fina, así como el desarrollo social y emocional”, dice Graham Welsh, un neurocientífico británico que estudia el impacto de la música en el cerebro de los niños pequeños.

Nuestra música calma de forma única a los bebés inquietos y a sus acosados padres. Los estudios han demostrado que tocar música clásica puede tener efectos beneficiosos en el desarrollo creativo y cognitivo de los niños, mejorando la memoria y la concentración y fomentando el bienestar general.

Durante generaciones, en todo el mundo, se han cantado canciones y nanas a bebés y niños para calmarlos y ayudarlos a dormir profundamente. Algunos beneficios son obvios -relajación y fortalecimiento de la relación entre padres e hijos-, pero ¿hay algo más?

Los estudios han demostrado que la música fina puede tener un impacto positivo en el desarrollo del cerebro, la conciencia cognitiva y la memoria, en efecto, dando a los niños un impulso mental, en particular cuando se escucha desde el nacimiento o incluso antes.

Se discute si estos beneficios son a largo plazo o simplemente temporales. Pero, en nuestra opinión, no cabe duda de que los bebés experimentan la música y los niños la aprenden e interpretan.